Hijab o no, la paz reina en el fútbol femenino

La primera mujer que usó un velo islámico en la Copa Mundial Femenina insinúa una campaña global a favor de la libertad religiosa y contra el odio religioso.

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1 de agosto de 2023

Desde que comenzaron sus partidos de fútbol en julio, la Copa Mundial Femenina de la FIFA ha visto muchas novedades. El más grande puede ser este: Nouhaila Benzina, jugadora de la selección de Marruecos, fue la primera mujer en usar un hijab en el campo. Hace apenas una década, la FIFA prohibió cubrirse la cabeza de forma islámica. Ahora, desde que se levantó la prohibición en 2014, la decisión de Benzina de usar un hijab durante un juego ha revelado un nuevo respeto por las minorías religiosas, al menos en los deportes globales.

Hasta cierto punto, su valentía ayudará a luchar contra la discriminación generalizada y a menudo violenta contra las personas de fe –o sin fe– en muchos países. "Ver los hijabs representados a un nivel tan alto permitirá que otros países vean que no soy una persona oprimida que usa un velo", dijo a la BBC Yasmin Rahman, jugadora de fútbol del Saltley Stallions en Birmingham, Inglaterra. "Quieres que todos sean aceptados tal como son".

En muchas sociedades con diversidad religiosa, ese deseo de inclusión pacífica es profundo. En junio, así se expresó en una votación unánime del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El organismo de 15 miembros aprobó una resolución pidiendo a los países que mejoren su diálogo interreligioso para ayudar a poner fin al odio religioso. La resolución también requiere que el secretario general de la ONU informe el próximo año sobre cómo los ataques a la libertad religiosa son amenazas a la seguridad internacional.

En una señal de cómo han cambiado las actitudes, la señora Benzina ni siquiera habló de su momento decisivo después de que su equipo jugó su partido debut en Australia. Su expresión religiosa, el hijab, era para que ella la juzgara. Sólo habló con los medios sobre el partido que había jugado y los partidos que le esperaban a su equipo. Su libertad religiosa en el deporte que ama fue simplemente aceptada como un hecho, al igual que aceptó a otras jugadoras que no llevaban hijab. La paz se hace a partir de ese respeto.

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